Con represión y saqueo culminó manifestación opositora que no llegó al CNE
La manifestación convocada por la Mesa de la Unidad Democrática llegaría al ente comicial para rechazar la Asamblea Nacional Constituyente. Los cuerpos de seguridad del Estado arremetieron nuevamente a los manifestantes en Montalbán y en la autopista Francisco Fajardo a la altura de El Rosal
Caracas.- Han pasado 54 días de las protestas emprendidas por la oposición en Caracas y en el interior del país. Mauricio Córdova, de 21 años, estudiante de administración de empresas, aún desea dejar sus energías en la calle a pesar de que la represión de los organismos de seguridad todavía no les han permitido llegar hasta el centro de Caracas. Al explicar su razón para protestar se resume en la sencilla respuesta que los opositores mantienen: “Quiero un cambio para Venezuela. Así de simple, chamo”.
Mauricio va marchar con su mamá. Ella decidió acompañarlo luego de que él resultara herido con una bomba lacrimógena en la pierna en una marcha pasada. “El 19 de abril, mi mamá se había ahogado con los gases, traté de sacarla como pude a pesar de que también se me trancaba la respiración. Por vainas de Dios, llegó un motorizado, le dije que se la llevara, él me preguntó adónde, pero le respondí que fuera a cualquier lugar, pero que la alejara de la autopista. Arrancó la moto y yo salí por mi cuenta. No me gusta que me acompañe, pero ella me dijo que solo no me iba a dejar ir”.
Mauricio está convencido de que la Constituyente busca implementar la “dictadura” y que el reciente anuncio del presidente de la República, Nicolás Maduro, relativo a las bases comiciales para la instalación de esta figura, y de la rectora del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, sobre las fechas para la elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente y las regionales, representan una “burla” para la mayoría opositora que pide decidir su destino por medio de unas elecciones generales.
“Quiero un país donde los jóvenes no se tengan que ir. Acá tengo mi familia y mi novia, mis amigos, estudio y juego fútbol”, comentó Córdova con indignación, mientras que su mamá comentaba con otros cómo huían de las bombas lacrimógenas y los chorros de agua de las ballenas de la Guardia Nacional (GN) este miércoles, 24 de mayo, cuando la oposición convocó a movilizarse hasta el CNE justamente para rechazar la Asamblea Nacional Constituyente.
La movilización fue pautada para salir desde tres puntos de Caracas (Montalbán, Bello Monte y Parque Cristal). A las 11:00 de la mañana, las marchas comenzaron a avanzar. La primera, que salió desde La Villa, fue reprimida por la GN cerca de la Redoma de la India. Allí los manifestantes también tuvieron altercados con simpatizantes del oficialismo, quienes además discutieron con los diputados opositores José Simón Calzadilla y Richard Blanco.
Hacia el este de la ciudad, las concentraciones de Parque Cristal y Bello Monte lograron coincidir en El Rosal. A las 2:00 de la tarde, los funcionarios del cuerpo castrense arrojaron bombas lacrimógenas y agua presión desde las ballenas hasta hacer retroceder a los manifestantes, quienes se habían concentrado en la autopista Francisco Fajardo y en la avenida Río de Janeiro. Los opositores, que estaban en la autopista, se regresaron hacia la parte alta del Distribuidor Ciempiés, desde donde también los efectivos militares atacaron a los manifestantes. La actuación de los jóvenes encapuchados en la autopista no fue tan ruda como ocurrió en Bello Monte y Montalbán.
Aún con la frustración Zulmy Cerreño, de 19 años, consideró que la represión de las autoridades fue cada vez más “brutal”. “Mientras más ataquen, más habrá ganas de salir a la calle”, expresó la joven convencida de que los opositores no se cansarán de protestar hasta lograr una salida electoral y pacífica. Para Mariana González, de 38 años, la arremetida de la GN es muestra de la “arbitrariedad” que comete el Estado contra las manifestaciones: “La Constitución nos consagra el derecho de marchar”, enfatizó molesta.
Saqueo en Altamira
Una vez reprimida la manifestación opositora en la autopista, en la avenida Altamira Sur, al lado de la torre Británica, un grupo de muchachos, encapuchados y con máscaras antigás, saquearon un camión que cargaba productos para lavar ropa. Algunas personas, con el objetivo de impedir el paso vehicular por la vía, arrojaron en el pavimento suavizante y detergentes. Otros aprovecharon para llevarse bolsas de detergentes. El asalto, que duró cerca de 15 minutos, no fue evitado por los funcionarios de la GN quienes se habían apostado en el Distribuidor Altamira, tras desalojar a los manifestantes de la Francisco Fajardo. El camión quedó vacío por completo.
En Altamira, los manifestantes se concentraron y observaron cómo los encapuchados colocaban barricadas en las avenidas Del Ávila y Francisco de Miranda. Los motorizados que pasaron por la zona no escatimaron para reclamarles a los manifestantes por obstaculizar el paso. “Nosotros trancamos porque queremos generar conciencia. Tenemos que luchar por el cambio”, gritó una señora en medio de humareda provocada por los desperdicios encendidos que fueron puestos sobre el asfalto. “Estamos en resistencia”, sentenció.
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