Daniel Jadue cuela su plan comunista en la campaña de Boric
El Partido Comunista se une a la campaña presidencial de Gabriel Boric, buscando implantar el ideario del programa radical del perdedor de las primarias de la izquierda, Daniel Jadue
Quedar fuera de la competencia por la Presidencia de Chile llevó a Daniel Jadue a buscar un atajo para avanzar con su plan comunista en el país austral. El precandidato perdedor de las primarias de la izquierda ahora se ha colado en la campaña del abanderado de la coalición Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, como trampolín para, de una u otra forma, llegar al poder.
El partido de Jadue debilita a Boric, quien retiró su programa de gobierno de su página web para adaptar el contenido con la anuencia de su camarada. Esto ocurre después de la oficialización del ingreso de Jadue a su comando.
Boric reconoce la injerencia pero la banaliza. Admite que “Daniel ha estado haciendo campaña desde el 19 de julio y ha recorrido 26 comunas distintas, saludando a los comandos y reconvirtiéndolos”.
Lo justifica. Dice que “en la recta que queda es imposible estar en todas partes”. Por eso, “en los lugares que no pueda ir, Daniel va a estar conversando con la gente”.
Lo hará a su modo. Es la oportunidad del dirigente comunista para promover la idea de que el país necesita “un proceso de transformaciones y un programa transformador”. De esa manera vende que “más de 85 % de los programas eran similares”.
Incluso, ante la posibilidad de un rol en un eventual gobierno de Boric, el militante del Partido Comunista (PC) asegura que “Gabriel en algún minuto me planteó que quería que fuera parte del proceso”, pero asegura que su compromiso es con el municipio de Recoleta, donde es alcalde.
¿Es prudencia o disimulo? Saben que “andar anticipando ministerios es una muy mala idea”. Esto, luego de que le preguntaran a Boric si el exprecandidato podría ser su titular de Interior y su respuesta fuera: “Lo vamos a conversar en su momento. Nosotros vamos a evaluar los ministerios una vez que ganemos la elección”.
Buscando capital interno
Los vínculos más sólidos del comunista Daniel Jadue en este momento son con Chile Digno, el espacio al que se sumaron colectividades como la Federación Regionalista Verde Social, el Partido Igualdad y movimientos como Izquierda Libertaria, Acción Humanista, Izquierda Cristiana, entre otros, para apoyar su candidatura.
Cada lunes, la coordinación se reúne en la sede de la Fundación Daya, la institución que conformó una de sus más cercanas colaboradoras durante la campaña, la actriz Ana María Gazmuri. Ahí Jadue explaya su ideario que también comparte con un “rol activo” en los grupos de WhatsApp del conglomerado, según asegura La Tercera.
De esa manera intenta liderar a la izquierda, donde no todos apoyan la candidatura de Boric. De hecho, esta coordinación planificó que el alcalde iniciara una gira para apoyar a los candidatos a consejeros regionales (Core) del pacto del PC con el Partido Igualdad, así como a algunos candidatos a diputado que participarán en los comicios del próximo 21 de noviembre.
En esas anda. Ya contactó a la diputada Marisela Santibáñez, quien busca su reelección, y le ofreció “colaboración” a los candidatos al Senado por la Región Metropolitana, Gonzalo Martner, y por Biobío, Óscar Menares.
Pero los gestos de Daniel Jadue y de un sector del Partido Comunista que anhela la consolidación de una fracción izquierdista se diluyen frente a la tendencia de algunas facciones, entre ellas, la Federación Regionalista Verde Social, de privilegiar el fortalecimiento de la alianza con el Frente Amplio –donde milita Boric– ante las posibilidades de llegar a ser gobierno.
Sin embargo, la gobernabilidad junto al Partido Comunista «sí será posible». Con esa claridad lo declara Boric. Según El Informador, él cree en “la seriedad y lealtad del PC”. Jadue matiza. Desde su cuenta en Twitter divulga que sólo conversan sobre “lo que viene para el país”.
Dúo para gobernar
Este tipo de dúos en la región evidencian los riesgos que representan para la estabilidad de gobiernos, que comprometen su gestión con las ideas de un partido aliado. Perú sirve de espejo.
A dos meses de Pedro Castillo haber llegado al poder ya enfrenta divisiones y recibe acusaciones de “traición” desde el ala radical del partido Perú Libre por designar un nuevo Gabinete ministerial sin dirigentes adeptos al fundador de esta tolda, Vladimir Cerrón, considerado la sombra de las decisiones de Castillo. La organización le declaró la guerra desde el Congreso, donde la bancada se niega respaldar sus decisiones.
Un escenario similar en Chile sería predecible. Más cuando la Convención Constitucional –donde la izquierda es mayoría con 118 curules de las 155– es cuna de conflictividad. Los escándalos, las deserciones entre bancadas y las demoras para redactar la nueva Carta Magna son hasta la fecha sus únicos resultados visibles.
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