Votaste por el asado y al final… te dieron Kimchi (el día, no el plato)
En medio del desastre inflacionario y terrible impacto en los alimentos, el kirchnerismo le dedicó largo rato en el senado a un insólito proyecto y hubo duras críticas en las redes sociales.
La diferencia que Alberto Fernández le sacó a Mauricio Macri en 2019 fue denominada como el “voto asado”. Hablamos de una porción (del electorado, no de carne) que no está casada con el macrismo, pero tampoco con el kirchnerismo. Sencillamente, es ese segmento que vota según sus preferencias circunstanciales. En 2015 lo que inclinó la balanza fue la corrupción, que mostró hasta el hartazgo Jorge Lanata desde el prime time del fin de semana de Canal 13. Sin embargo, cuatro años más tarde, con la economía en baja, el kirchnerismo pudo retornar de la mano de promesas demagógicas, que no tenían ninguna posibilidad con los proyectos que ellos impulsan.
En las últimas elecciones presidenciales, el flamante Frente de Todos que prometía un equilibrio entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, apeló a un golpe bajo para tocar una fibra delicada de los argentinos: el asado con amigos y la merma en su frecuencia ante la economía macrista.
Para graficar el drama aparece un hombre en silencio, compungido, que tuvo que cambiar el costillar del fin de semana y las achuras por el mate. La imagen de la parrilla con tachos de pintura y hojas caídas pretende mostrar la dura realidad del neoliberalismo y la angustia de alguien que, aunque trabaje, no puede darse un gusto.
La voz en off no menciona ni a Macri, ni a Alberto, ni a Cristina. Todo está sugerido: antes no era perfecto, pero al menos se podía comer asado, ahora no hay ni eso. Pero bueno, pronto…”en un tiempito, todo va a mejorar”. La producción de un minuto cierra con la promesa de “esperanza” y los dos nombres del binomio divorciado de facto que gobierna hoy el desastre que es Argentina.
Más allá de lo que haya cobrado el actor de la cara triste, angustiada y de esperanza kirchnerista, quien seguramente ahora se arrepintió de la “changuita”. Donde vaya, este escenario socioeconómico que se vive en la actualidad le recuerda que hoy comer un asado es más complicado que cuando estaba Macri.
Pero al menos hay Kimchi (el día, no se ilusionen)
Hasta el momento, por lo que muestran las encuestas, el oficialismo no estaría pudiendo remontar la estrepitosa caída en las primarias de septiembre. El camino a noviembre es cada vez más corto, pero las iniciativas del oficialismo no logran despertar entusiasmo en el electorado desilusionado. Todo lo contrario.
Esta semana, una senadora oficialista presentó el Kimchi a sus colegas en la Cámara alta y defendió un proyecto para que dicha comida coreana tenga su “Día Nacional” en Argentina. Los medios repararon en el extenso discurso de la legisladora Magdalena Solari Quintana, que durante once minutos contó la historia y las virtudes del plato exótico y desconocido para la mayoría de los argentinos.
La oposición no quiso quedar mal y acompañó a la senadora kirchnerista, aprobando el proyecto por unanimidad. No habrá vuelto el asado, pero el 22 de noviembre se celebrará el “Día Nacional del Kimchi en Argentina”. Las bromas, las burlas y la indignación, no tardaron en aparecer en las redes sociales.
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